El próximo 1 de mayo, se estrenará el documental Música de la Diáspora Africana, “Salvaguardia de sonidos y danzas”, documental etnográfico que muestra el proceso de rescate de la danza de diablitos, así como también los instrumentos musicales de percusión de la diáspora africana y afroperuanos, basados en las láminas realizadas por encargo del obispo Martínez Compañón hacia finales del siglo XVIII, y las acuarelas de Pancho Fierro (siglo XIX)
Dirigido por Francisco Caro Palomino, el documental nos brinda detalles de los procesos de reinserción y reconstrucción de sonoridades y coreografías extintas hace más de 200 años en el norte del Perú.
En el marco del primer año del “Decenio Internacional de los Afrodescendientes”, la celebración de los diez años de creación del Museo Afroperuano de Zaña, productores del documental, el material audiovisual se presentará en el VIII Festival Internacional del Cajón Peruano, el día viernes 1 de mayo (feriado) a las 2:00 p.m. en el Centro Cultural de España, ubicado en Jr. Natalio Sánchez 181. (Altura cdra. 6 Av. Arequipa.)
MÚSICA DE LA DIÁSPORA AFRICANA
“Salvaguardia de sonidos y danzas”
Año: 2015.
Director: Francisco Caro Palomino
Productor: Museo Afroperuano de Zaña
Duración: 45 minutos.
Locación: Zaña, Lambayeque, Perú.
Enlace: https://youtu.be/uyCwcrwvlts
Sinopsis:
Es un documental sobre la reconstrucción de la “danza de los diablitos” en base a una pintura colonial realizada por encargo del obispo Martínez Compañón a finales del siglo XVIII y el rescate de instrumentos musicales de percusión de la diáspora africana y afrodescendientes peruanos basados en las acuarelas de Pancho Fierro del siglo XIX. La música, la coreografía, la teatralización y la vestimenta fue creada por artistas contemporáneos de Lambayeque y Lima.
El 25 de agosto de 2012 en el pueblo de Zaña (norte del Perú) se realizó una comparsa de diablitos partiendo del antiguo templo colonial San Agustín, donde participaron cuadrillas con danzantes y músicos representantes de diversas localidades de Lambayeque. En este acontecimiento es donde se presenta después de más de 200 años la “danza de los diablitos”, motivando el reencuentro de la población con su pasado y fortaleciendo sus prácticas artísticas, desde la valoración sonora y dancística.